Una persona con sobrepeso y obesidad desarrolla las enfermedades que hemos mencionado, pero no queda ahí. Cuando una persona es diagnosticada con una enfermedad como diabetes, dislipidemia, hipertensión y continúa en estado de obesidad o sobrepeso, el riesgo es mayor. Numerosos estudios nos indican que el grado de progresión de una enfermedad hacia una etapa más crítica, es mayor en personas con obesidad que en personas sin obesidad. Es decir, una vez diagnosticado con hipertensión,
diabetes, obesidad, algunos otros problemas articulares, la persona tiene que tomar medidas en la reducción de su peso. En este curso nosotros también estaremos viendo que reduciendo de peso, de medidas, de porcentaje de grasa, la progresión hacia las enfermedades y hacia el daño secundario que tienen éstas enfermedades será menor. Por mencionar los bloques de enfermedades directamente ligados a la obesidad tenemos a la hipertensión arterial, a la circunferencia de cintura alterada, a la diabetes, intolerancia a la glucosa o prediabetes que están ligadas a la obesidad también. A las dislipidemias, es decir al aumento de colesterol y triglicéridos, y las proteínas o lipoproteínas que tienen que ver con ellos y todo esto en su conjunto van a aumentar el riesgo de mortalidad del paciente. Y ligado a la obesidad las enfermedades que degeneran de esta misma, por ejemplo la diabetes. La diabetes es una enfermedad de nuestros tiempos la cual ha venido cobrando importancia como problema de salud pública a nivel mundial. En países de América Latina es una causa muy importante de muerte. La muerte por diabetes ligada a la obesidad se da por problemas a nivel renal, por problemas vasculares. Una persona con diabetes tiene una mayor tendencia a tener daño vascular y que tiene problemas con las grasas en su cuerpo. Otro problema ligado a la obesidad son las dislipidemias. Entendemos que las dislipidemias es el acúmulo de grasa en arterias en diferentes partes del cuerpo pues, practicante en todo el organismo en donde viajan éstas y dónde tienden a estancarse a nivel del corazón, a nivel del cerebro. Entonces la obesidad potencia el riesgo de una enfermedad vascular cerebral, de un infarto al miocardio y de algunas otras enfermedades como trombos en diferentes partes del cuerpo. Otra enfermedad también ligada a la obesidad es la hipertensión arterial. La hipertensión arterial se ha considerado como el enemigo silencioso donde una persona aparenta estar normal pero sus valores de tensión arterial, es decir, ese golpeteo que dan en las arterias los volúmenes de sangre, los tiene alterados. Por lo tanto el riesgo es muchísimo mayor y la hipertensión arterial daña a nivel vascular. También precipita la aparición de infartos o de isquemias cerebrales o de problemas vasculares tanto como puede causar daño a nivel del riñón.
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